Empieza la semana y cuando suena el despetador no sabes ni donde estás. El azucarero tiene vida propia y decide aterrizar en el suelo de la cocina. Hoy más que nunca te arrepientes de haberte tomado la última copa del sábado.
Pero miras por la ventana, ves el sol y huele a primavera.
Quién dijo que los lunes son difíciles?
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